Aunque hoy bajo el término especias se denomina a especies herbáceas
que se utilizan en muchas ocasiones como condimentos, durante siglos
con esta palabra se aludía a plantas originarias del extremo oriente
y de una forma más precisa a las que llegaban de las Islas Molucas,
conocidas como Islas de las Especias.
El uso de estas plantas no era sólo como condimento alimentario, sino
que en ocasiones formaban parte de preparados con finalidad medicinal.
Por referencias literarias de autores griegos y romanos sabemos que
especias venidas de Asia estaban presentes en los lujosos banquetes
de las familias más poderosas (incluido su uso para aromatizar los
vinos que se servían), en los ungüentos que se aplicaban tras el baño,
en los perfumes más caros, en los inciensos que se quemaban en los
templos o en las medicinas que recetaban sus médicos.
El prestigio de estas sustancias se ha querido explicar también por
las limitaciones que en aquellos tiempos sufría Europa, que todavía
no conocía ni el té ni el café ni el chocolate, ni apenas disponía
de azúcar. Si a esto le añadimos que se carecía de cualquier medio
para conservar frescos los alimentos (especialmente la carne), estos
se consumían en ocasiones en un estado no muy agradable para el paladar.
Entiéndase lo que en estos casos suponía un poco de pimienta, clavo o
canela: lo suficiente para aromatizar el producto y hacerlo
Las especias y la era de los descubrimientos
La atracción por el negocio de las especias será lo que ponga en marcha
los grandes descubrimientos de los siglos XV y XVI cuando los
portugueses intenten hacerse con este negocio buscando una ruta a
"Las Indias" distinta a la que musulmanes e italianos mantenían desde
hacía siglos. Sólo con la irresistible atracción del negocio de las
especias se entiende el enorme sacrificio en vidas humanas y dinero que
harán las coronas de Portugal y España.
Cuando Vasco de Gama llegue a la India culminando un siglo de esfuerzos
portugueses, su viaje habrá puesto en manos de su país una enorme fuente
de riqueza. Pocos años antes Colón había intentado llegar a las especias
viajando hacia el oeste. Y las especias serán también el objetivo de la
expedición de Magallanes que lo intentará viajando hacia el oeste lo que
llevará a la primera circunnavegación del planeta.
En las décadas siguientes se desatarán luchas por el control de este
comercio: durante el siglo XVI estará bajo control portugués (España
parecía entretenida con el oro y la plata de América). En el siglo XVII
serán los holandeses quienes transporten las especias a los puertos europeos.
La ruta portuguesa de Vasco de Gama hará bajar inmediatamente el precio
de las especias (el viaje era largo y peligroso, pero se evitaban
intermediarios), aunque el negocio siguió siendo durante siglos interesante.
Sólo durante los siglos XIX y XX el progreso de los transportes sumado a
que varios países europeos conseguirán que algunas de estas escasas plantas
se aclimaten en otros continentes (el clavo hoy crece en África, la nuez
moscada en América) donde las cultivarán masivamente, harán bajar el precio
de las especias, hasta el punto de que varias de ellas como el clavo, la
canela o sobre todo, la pimienta, tienen precios muy baratos que hacen difícil
de creer hoy que por causa de las especias se organizasen algunas de estas
arriesgadas expediciones.
El balance del interés de los europeos por las especias y sus consecuencias puede advertirse al conocer la opinión de algunos historiadores que consideran que estos viajes de exploración en busca de las especias suponen el inicio de una economía de ámbito mundial: Europa, el Extremo Oriente y América, hasta entonces económicamente desconectadas, realizarán crecientes intercambios comerciales.*
*Acá les dejo material a el grupo que tiene este tema.Con respecto a lo trabajado en la clase de hoy, pudimos terminar los viajes españoles y consideramos que no solo los españoles y portuguese se interesaron en este territorio americano, sino también holandeses, ingleses y franceses, como punto importante los españoles partieron su conquista desde los puntos donde las civilizaciones americanas estaban establecidas: Azteca, Inca, étnias del Río de la Plata y a partir de ahí conquistan el resto del territorio.
Pudimos plantear en clase los motivos de los viajes, por medio de un dibujo: afán de aventuras, adelantos técnicos, presencia de capitales, expansión del cristianismo, búsqueda de la ruta las Indias, comenzar un comercio de especias con Indias, activar el tráfico de esclavos, competencia y espionaje entre España y portugal, escacéz de oro, temor en los viajes, la duración de los viajes, corrientes y vientos que generan inseguridad en el Océano Atlántico.
Para los orales, son libres en cuanto a usar láminas y exposición, pueden recurrir a libros de clase y a otros que estén a su alcance
Abajo* material de lectura para escacéz de oro en Europa. Pág del libro donde pueden encontrar material para los orales: Contexto: 18- 26 y Santillana: 24-25-26.
*Las importaciones más cotizadas de América -de donde llegaban tintes,
perlas y azúcar-, eran, naturalmente, el oro y la plata. La búsqueda de
metales preciosos, de los que existía en Europa, a fines del siglo XV,
una escaséz desesperante, había sido el principal impulso conductor de
las aventuras coloniales, y la fe de los conquistadores se vio
ampliamente recompensada en América. Ya en los primeros años se habían
hallado pequeñas cantidades de oro en las Antillas, suficientes para
excitar el apetito de muchos aventureros. Las conquistas de Méjico y el
Perú trajeron consigo el descubrimiento de minas de oro y plata,
descubrimiento que culminó en 1545 con el hallazgo de las fabulosas
minas de plata de Potosí, al sudeste del lago Titicaca. La explotación a
gran escala de los enormes recursos de Potosí sólo empezó realmente
hacia 1560, cuando se descubrió un nuevo método para el refinado de la
plata mediante una amalgama de mercurio, mineral suministrado
principalmente, en aquella época, por las minas de Almadén. A partir de
este momento, la producción de plata superó ampliamente la de oro, y de
1503 a 1660 llegaron a Sevilla unos 16 millones de kilos de plata -casi
el triple de las reservas europeas- frente a 185.000 kilos de oro,
cantidad que venía a aumentar en una quinta parte las existencias de oro
en Europa.
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